Patrimonio

Patrimonio

Desconocemos a ciencia cierta cuáles fueron los orígenes de Valdefuentes; esto no es algo infrecuente si tenemos en cuenta que son muy pocos los lugares en los que con exactitud puede determinarse cuando comenzaron a existir asentamientos y de qué tipo fueron, pero no podemos dejar de hacer referencia a que incluso dentro de lo que es el poblado actual de Valdefuentes se han encontrado muchas y variadas representaciones de cultura que pudiera entenderse como prehistórica o como mínimo prerromana, piezas, vasijas, restos humanos…

De entre los aspectos que más destacan y a la vista están en Valdefuentes un nivel privilegiado ocupan sus edificios históricos, tenemos que hacer referencia a su rico patrimonio arquitectónico: fachadas emblemáticas y monumentos se abren a nuestra mirada testigos estáticos del pasado: El Rollo, El Palacio de Sande, La Audiencia y el Reloj, La Iglesia de nuestra señora de Bienvenida, el Convento de San Agustín…, nuestras heráldicas y esgrafiados, que representan glorias del pasado, pero que constituyen el orgullo del presente en las fachadas que elegantemente los lucen, y que nos hacen pensar que tenemos que preservar su estabilidad, su belleza para que permanezca inalterable en el tiempo, para que otros ojos, los más posibles, puedan contemplarlas en el futuro.

Puentes que en su día sirvieran de paso obligado en zonas de otro modo de difícil acceso en los alrededores del pueblo: Puente sobre el río Salor, La Puente Nueva, Puente del Capellán; Hoy más que nada y obviando el carácter práctico que aún puedan tener, sirven de recreo a la vista y al tiempo, de algún modo estancado bajo las aguas que debieron correr abundantes algún día por debajo de los ojos de estos puentes de origen romano.

EL ROLLO

Ya quedó señalado como ejecutoria y signo de la jurisdicción civil y penal del Señorío de Valdefuentes. Es un interesante monumento de piedra. Está compuesto por un grueso pilar cilíndrico de fino granito, con estrías de desigual relieve por el contraste que ofrecen las del tercio más bajo, con las del resto de la superficie. Se apea sobre base circular de doble bocel, de las mismas proporciones. El conjunto descansa sobre un basamento de tres gradas circulares. Es lástima que alguna de las piezas de este graderío, desapareciesen y fuesen igualados los huecos con cemento. El fueste no es enterizo, pero sus piezas están perfectamente conjuntadas, por encima del campo estriado sobresalen tres escarpias que representan tres cabezas de león insertadas en un tambor que lo remata a modo de capitel. En uno de los interespacios de este tambor, apenas perceptible por su poco relieve, va esculpida el águila de los Sande. Sobre la plataforma de esta última pieza se levanta un tronco de pirámide triangular y en la picota un búho que representa la vigilancia, aun en la oscuridad y la muerte. No hay constancia histórica de ningún proceso de reo que fuese ajusticiado y cuya cabeza colgase de alguna de las escarpias.

Este interesante monumento de piedra sufrió también algunas vicisitudes y deformaciones: la ya mencionada de sustituir las piezas de piedra por rellenos de cemento y la desaparición de la cabeza del búho que se ha querido igualar con un pegote de cemento que no representa ave ninguna, sino una extraña cabeza de niño, según explicó el autor, por haberlo interpretado así al confundir los gruesos muslos del ave con los de una criatura.

El Rollo cambió su ubicación en el año 1968, siendo alcalde Don Marcelino Ciriero Soleto, su ubicación anterior estaba junto a las fachadas que dan al este de la Plaza de España.