Patrimonio

Patrimonio

Desconocemos a ciencia cierta cuáles fueron los orígenes de Valdefuentes; esto no es algo infrecuente si tenemos en cuenta que son muy pocos los lugares en los que con exactitud puede determinarse cuando comenzaron a existir asentamientos y de qué tipo fueron, pero no podemos dejar de hacer referencia a que incluso dentro de lo que es el poblado actual de Valdefuentes se han encontrado muchas y variadas representaciones de cultura que pudiera entenderse como prehistórica o como mínimo prerromana, piezas, vasijas, restos humanos…

De entre los aspectos que más destacan y a la vista están en Valdefuentes un nivel privilegiado ocupan sus edificios históricos, tenemos que hacer referencia a su rico patrimonio arquitectónico: fachadas emblemáticas y monumentos se abren a nuestra mirada testigos estáticos del pasado: El Rollo, El Palacio de Sande, La Audiencia y el Reloj, La Iglesia de nuestra señora de Bienvenida, el Convento de San Agustín…, nuestras heráldicas y esgrafiados, que representan glorias del pasado, pero que constituyen el orgullo del presente en las fachadas que elegantemente los lucen, y que nos hacen pensar que tenemos que preservar su estabilidad, su belleza para que permanezca inalterable en el tiempo, para que otros ojos, los más posibles, puedan contemplarlas en el futuro.

Puentes que en su día sirvieran de paso obligado en zonas de otro modo de difícil acceso en los alrededores del pueblo: Puente sobre el río Salor, La Puente Nueva, Puente del Capellán; Hoy más que nada y obviando el carácter práctico que aún puedan tener, sirven de recreo a la vista y al tiempo, de algún modo estancado bajo las aguas que debieron correr abundantes algún día por debajo de los ojos de estos puentes de origen romano.

ESGRAFIADOS DE VALDEFUENTES

De todos los que alguna vez lo hayan visitado, Valdefuentes es conocida su belleza, la afabilidad de sus gentes y el entorno sin igual que propicia la histórica templanza que rezuma cada una de sus piedras, todo ese pasado que conjuga su existencia con el devenir cotidiano de los vecinos y que impregna con su esencia del espíritu de antaño cada una de sus calles y plazas.

En el más inesperado de los recodos, aparecen en Valdefuentes, de la misma manera que en la más explícita de sus calles el ESGRAFIADO, una técnica de decoración sobre todo de exteriores, que como seña de identidad califica por sí solo al municipio y que embellece por doquier las fachadas y patios de las casas e incluso el Claustro del Convento de San Agustín con zócalo esgrafiado en negro sobre paredes blancas.

No es nada frecuente encontrar muchas representaciones de esta técnica en nuestros pueblos, sí que puede existir algún que otro edificio decorado en alguna localidad, pero lo que no es nada habitual es que existan tantas y tan variadas formas de representación de esta técnica en la que Valdefuentes es auténtico privilegiado. Servían para embellecer, caracterizar y hacer de las fachadas de los edificios un especie de comunicación escrita que al igual que de adorno, de ornamento, sirviera para denotar circunstancias propias de la vida de cada uno; unas notas de comunicación geométricas que plasman la creatividad, el buen gusto y saber hacer conjugados.

El mosaico de piedra y color que muestran los esgrafiados en Valdefuentes permite adivinar el componente subjetivo pero no obstante tangible de la personalidad optimista de los vecinos del municipio, cómo sino de otro modo podrían crearse fachadas que produjeran tal sensación de alegría y ausencia de pesimismo y que dotaran al municipio de esa luz tan peculiar que se aprecia en las calles del pueblo los días soleados; constituyen un espectáculo para la vista.

Existen documentos y estudios que atestiguan que Valdefuentes puede considerarse el principal foco de utilización tradicionalmente histórica del esgrafiado como técnica decorativa, sirva de ejemplo la obra "Pueblos y lugares de España", del autor Carlos Flores López, editado por Espasa Calpe (1991).

El esgrafiado es una técnica aún vigente, en cuanto no se ha perdido y pervive en el tiempo y con la que el pueblo se identifica, habiendo llegado a convertirse en una tradición capaz de superponer sobre el presente resquicios del pasado y conjugar tradición, cultura y presente en el tiempo.

Dicha técnica ha sido reconocida por el Gobierno de Extremadura como "Capital Regional del Esgrafiado" (Decreto 88/2013, de 28 de mayo, por el que se aprueba la concesión al municipio de Valdefuentes (Cáceres) del título honorífico  de "Capital Regional del Esgrafiado").